¿Aún no encuentras un tema para elaborar tu artículo que contraste ideas?
Recuerda que una de las estrategias es buscar entre las creencias y mitos populares que se tienen en la sociedad pero que han sido de algún modo producto de la imaginación y que a lo largo del tiempo y con un poco de lógica y método científico pueden ser desmentidos.
Para que tu búsqueda sea más sencilla aquí te dejo algunos MITOS QUE NOS SEGUIMOS CREYENDO.
Cabe destacar que estos solo son una pequeña introducción a los temas, si decides hablar de alguno sería recomendable que hagas más investigación por tu cuenta.
¿PREPARADOS?
1.Sólo
usamos el 10% de nuestro cerebro. Un mito que se resiste a morir y que es incluso el punto de partidas de
películas recientes como Lucy. El diario “The Guardian” lo llama “el mayor mito
sobre el cerebro de la historia”: un 48% de los profesores británicos lo cree.
Según Snopes, ni siquiera está claro su origen. Lo cierto es que usamos todas
las áreas de nuestro cerebro, incluso cuando estamos descansando. Es verdad que
el cerebro es muy plástico (podemos vivir con medio) y que no usamos todo a la
vez, ya que algunas zonas están especializadas: cuando caminamos, por ejemplo,
las partes centradas en la actividad motora son más activas que otras. Pero no
hay una parte del cerebro que no haga nada y que esté esperando a que la activemos
para tener superpoderes o super inteligencia. Continuar repitiendo este mito
probablemente causará que las personas que realmente lo creen terminen
utilizando un porcentaje muy cercano al mínimo, ya que definitivamente se
tendría que ser muy despistado de la realidad para realmente creer en la remota
posibilidad de que sea cierto.
2.Las
partes de la lengua están especializadas en diferentes sabores. Aunque es algo que muchos aprendimos de niños,
los receptores de sabor están distribuidos por toda la lengua. Como recoge el
diario “New York Times”, sí podría haber diferencias en cómo hombres y mujeres
detectamos los sabores amargos, salados y ácidos. Además de eso, hay un quinto
sabor, UMAMI, que significa “sabroso”
y que está presente en las proteínas.
3.El
frío causa resfriados. Los
resfriados vienen provocados por un virus que viaja por vía aérea “a través de
las gotitas originadas al hablar, toser o estornudar”, no por el frío en sí.
Como añade la Universidad de Oklahoma, cuando hace frío, pasamos más tiempo en
espacios cerrados y en zonas comunes (colegios y oficinas). Además, en las
regiones con poca humedad, las fosas nasales se secan más fácilmente. Todo esto
contribuye a que sea más fácil contagiarse. Además, el frío puede debilitar el
sistema inmunológico, lo que facilitaría los resfriados.
4.Las
uñas y el pelo siguen creciendo después de muertos. Un cadáver no puede producir nuevas células. La
BBC explica que la piel que rodea las uñas se deshidrata y por eso parecen más
largas. Lo mismo ocurre con la piel de la barbilla, lo que lleva a que parezca
que la barba crece. Da miedo igual. No es sorprendente que no ha habido muchos
estudios de medición de los cambios diarios en las uñas y la longitud del
cabello en los muertos. Una explicación más clara se puede obtener de los
médicos cirujanos y otros estudiantes de medicina que trabajan con cadáveres.
Ellos mencionan que las diferentes células mueren a un ritmo diferente. Después
de que el corazón deja de latir, el suministro de oxígeno al cerebro se corta.
Sin almacenar la glucosa (azúcar) que es la base de las células nerviosas,
estas mueren dentro de tres a siete minutos. Es por eso que los cirujanos de
trasplantes deben quitar los riñones, hígados y corazones de donantes dentro de
los treinta minutos después de la muerte y llevarlos a los beneficiados dentro
de máximo seis horas. Las células de la piel, por su parte, son más duraderas. A
fin de que las uñas crezcan, las nuevas células necesitan ser producidas y esto
no puede ocurrir sin la glucosa. Las uñas crecen en un promedio de 0,1 mm por
día, una tasa que disminuye con la edad. Una capa de tejido debajo de la base
de la uña llama la matriz germinal es responsable de producir la gran mayoría
de las células que forman la parte más nueva de crecimiento de la uña. Las
nuevas células empujan los mayores hacia delante, por lo que la uña aparece
para alargar de la punta. La muerte pone fin al suministro de la glucosa, y por
lo tanto al crecimiento de las uñas. No es que las uñas están creciendo, pero
que la piel alrededor de ellos se retrae a medida que está deshidratado,
haciendo que aparezcan más.
5.El
estrés hace que se te vuelva el pelo blanco. No exactamente: el estrés provoca que se te caiga el pelo y el cabello
con pigmento es más débil, por lo que estos se caen y las canas se quedan. Es decir,
si ya tienes canas, el estrés te dejará sólo con ellas. Si no tienes canas,
corres el riesgo de quedarte calvo.
6.La
memoria de los peces dorados dura sólo unos segundos. Estos peces pueden aprender, retener
información y usarla posteriormente, como muestra un experimento en el que tras
unas semanas dejando comida en el mismo sitio, el pez se acercaba a ese lugar
antes de ver la comida y cuando le tocaba. También pueden aprender a distinguir
y recordar música.
7.Los
perros sudan salivando. Regulan
la temperatura sobre todo con la respiración, jadeando con la boca abierta. La
mayor parte de sus glándulas sudoríparas están en las plantas de sus patas.
8.Si
todos los chinos saltaran a la vez, alterarían el eje de rotación de la Tierra. Como recogen en Xataka, citando 100 mitos de
la ciencia, de Daniel Closa i Autet, “la Tierra pesa diez billones más que
todos sus habitantes humanos juntos”, por lo que “sería como si una mosca
saltara sobre la superficie de un barco”.
9.Si
algo de comida cae al suelo, tarda 5 segundos en contaminarse. Cuanto menos tiempo pase ese trozo de chocolate
en el suelo, menos posibilidades tendrá de contener bacterias, recoge
Scientific American. Hay otras variables que influyen, como el tipo de suelo
(la madera sería lo peor) o si la comida está húmeda. Pero la mayoría de
estudios coincide en que si la superficie está contaminada, no hay diferencia
sustancial entre tres o quince segundos: mejor no arriesgarse.
11.El
Sol es amarillo. Lo vemos
amarillo por la atmósfera, pero en realidad es blanco. De hecho y tal y como
explica IFL Science, las fotos de astronautas a menudo se retocan para que lo
veamos como estamos acostumbrados.
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